¿Nos estamos adaptando los formadores a los requerimientos de la actualidad?
Este debate celebrado en la edición de 2018 de Trainers for the Future fue moderado por Lucía López Pérez, miembro de Forgaltalent. Esta apasionada de las personas está empeñada en que se trabaje el estímulo de la formación. Por ello, empezó agradeciendo su participación a los miembros del debate por representar a la parte de la empresa y la consultoría de formación, mostrando así una cara todavía no vista en el Congreso.
Los participantes del debate fueron: David Veiga Moares, director de Recursos Humanos del Grupo Puentes; Begoña Martínez Díaz, miembro de Finsa desde hace veinte años; Isabel Vázquez Rodríguez, directora de Adecco Training en la zona Noroeste; y David López Fernández, responsable de coordinación de proyectos y logística internacional de Inusual.
El paradigma formativo
Para dar comienzo al debate, la moderadora quiso apuntar algunas cuestiones a tratar:
- El sistema social, educativo y cultural está cambiando, no nos podemos quedar parados.
- El aprendizaje es continuo y la responsabilidad es de cada individuo.
- El aprendizaje es de por vida.
- Un adulto tiene hasta siete profesiones en su vida.
- ¿Problemas para captar talento?
- ¿Qué estrategias se utilizan para captarlo?
- Hay nuevas competencias que se están entrenando y otras que están surgiendo: aparecen nuevas profesiones y, por lo tanto, nuevas necesidades formativas.
El primer tema sobre el que debatieron los participantes trató sobre el entorno digital: la tecnología, la deslocalización de trabajadores, el aprendizaje colaborativo y las redes sociales. ¿En qué medida afecta todo esto a los factores del entorno de la formación y cómo lo enfoca la empresa?
Aspectos más valorados en la formación
El segundo tema tratado fue sobre los aspectos que más marcan a los alumnos tras una formación impartida por sus correspondientes organizaciones. ¿Qué es lo que más valora la empresa a la hora de impactar en un curso de formación cuando se pone en marcha?
Una de las ideas que comentadas a raíz de este debate fue la necesidad de responder a las exigencias específicas de cada persona.
David Veiga insistió en la importancia de la formación a la hora de seleccionar candidatos y también en la dificultad de encontrar docentes para algunas formaciones. Ambos puntos son vistos en la realidad diaria, en la selección de personal para clientes, cuando es el empresario quien busca candidatos ‘domados’, como siendo los aspirantes quienes indagan ofertas de empleo en las que se ofrezca plan de carrera junto con un salario digno; pero también en la selección de formadores para distintos proyectos.
David López puso como ejemplo la realidad de su empresa, ya que la formación es, para ellos, una inversión de futuro y en su caso realizan mucha formación, incluso deseando más.
Otra de las cuestiones consideradas fue si realmente las empresas dan importancia a la formación en habilidades. Fue Isabel quien respondió a esta pregunta alegando que, efectivamente, es importante porque la formación técnica se presupone y la práctica se desarrolla dentro de la empresa con más o menos dificultad en la adaptación. Lo que importa ahora es una formación más transversal, la formación en habilidades: comunicación, asertividad, motivación, empatía, etc., todo lo que no se estudia en la universidad.
¿Quién necesita a los formadores?
Begoña Martínez puso algunos ejemplos de casos de éxito recientes de formación en su organización. Habló de un curso de gamificación, con vídeos, inscripción libre sin filtro y a través de un portal de empleo, lo cual resultó todo un éxito.
Al final, tanto las empresas, como consultoras e incluso propios alumnos, buscan formadores que se preocupen por formarse y aportar a toda la sociedad, que no solo se orienten a la formación para desempleados.
Hay más personas que también les necesitan, todos aquellos que quieren formarse, aprender, reciclarse y que deben estar al día para dar los mejor de ellos mismos.